Es una técnica no invasiva que se utiliza para tratar lesiones y mejorar la función corporal. Esta tecnología produce ondas sonoras de alta frecuencia que penetran en la piel y tejidos blandos, generando calor y vibraciones que ayudan en el proceso de recuperación.

Existen diferentes tipos de ultrasonidos que se utilizan en fisioterapia, y cada uno tiene sus propias aplicaciones y ventajas. Por ejemplo, el ultrasonido de baja frecuencia es utilizado principalmente para tratar dolores musculares y articulares, mientras que el ultrasonido de alta frecuencia se utiliza para tratar lesiones más profundas, como roturas de tendones y ligamentos.

Principales efectos en el tratamiento:

  • Alivio del dolor y mejora de la movilidad
  • Mejora la circulación sanguínea y acelera la curación
  • Prevención de lesiones y mejora del rendimiento atlético
  • Disolución de tejido cicatricial (Aumento de la movilidad)
  • Reduce el riesgo de lesiones y mejora el rendimiento físico